Comentario
El mestizaje aumentó mucho a causa del crecimiento vegetativo, sobrepasando el 30% de la población hispanoamericana y alcanzando en algunos lugares como el Nuevo Reino de Granada cifras próximas al 50%. No se trataba del primer mestizaje surgido entre grupos básicos de distintos troncos étnicos, sino fruto del matrimonio de mestizos con mestizos, o de éstos con otros grupos. Las mezclas interétnicas adquirieron gran complejidad y se inventaron pintorescas clasificaciones racistas para designarlas, casi de tipo zoológico, como los quinterones, requinterones o salto atrás. Donde existía gran población de color, como en las regiones circumcaribes, el verdadero mestizo (mezcla de blanco e indio) era asimilado a los españoles, considerándose mestizos a los mulatos. En las regiones de predominio indígena el mestizo estaba mejor identificado. Debajo de estos grupos estaban las castas o resultado de cruzamientos múltiples.
La sociedad dominante trató de sostener determinados privilegios en relación con el tipo de pureza o mezcla racial para beneficiarse a sí misma. Incluso logró imponer tales predicamentos a la población mezclada, registrándose casos de exóticas pruebas de sangre de ser pardo puro, con objeto de poder acceder a un puesto en las milicias de pardos, etc. Este universo empezó a tambalearse a fines de siglo, cuando la monarquía dio las Gracias al Sacar, facilitando a las castas el acceso a la baja administración, como señalamos. Los mestizos y mulatos fueron siempre grupos descontentos, dispuestos a secundar motines y levantamientos populares.